El termino Inteligencia Artificial se ha colado en nuestro día a día, aparece y reaparece en artículos, redes sociales, documentales y películas.
La inteligencia artificial nace en una reunión celebrada en el verano de 1956 en Dartmouth (Estados Unidos) en la que participaron los que más tarde han sido los investigadores principales del área. Para la preparación de la reunión, J. McCarthy, M. Minsky, N. Rochester y C. E. Shannon redactaron una propuesta en la que aparece por primera vez el término «inteligencia artificial».
La propuesta citada en la reunión organizada por J. McCarthy y sus colegas incluye la que puede considerarse como la primera definición de inteligencia artificial. El documento define el problema de la inteligencia artificial como aquel de construir una máquina que se comporte de manera que, si el mismo comportamiento lo realizara un ser humano, este sería llamado inteligente.
Existen otras definiciones que no se basan en el comportamiento humano, como, por ejemplo, actuar como las personas o razonar como las personas.
Pero, verbos como “pensar” o “actuar”, ¿no forman parte de un proceso iniciado por otros verbos, muchas veces olvidados? Soñar e Imaginar.
Soñar e Imaginar son dos capacidades exclusivas del ser humano. La inteligencia depende de la imaginación y solo potenciándola podremos construir un mundo mas justo, mas humano, mas honesto.
Gracias a la imaginación podemos pensar más allá de los confines de nuestra situación inmediata, generar nuevos contenidos mentales con los que podemos re-evaluar el pasado y soñar e imaginar un posible mejor futuro.
Imaginar y soñar nunca lo podrá hacer una maquina: una maquina necesitara siempre de nuestra imaginación y de nuestros sueños para poder diseñar, calcular, evaluar, construir, desarrollar, testear, medir, un largo etcétera de actividades que corren el riego de ser realizas por maquina en un futuro no tan lejano.
¿En que momento de nuestras vidas disponemos del mayor potencial de Imaginación? En la infancia, cuando somos niños y niñas. En ese momento, ninguna maquina por muy inteligente que se considere podría ganarnos la batalle en imaginar y soñar.
Potenciemos al máximo estas capacidades desde edades muy tempranas. Dotemos a estas pequeñas GRANDES personas de experiencias y vivencia que les permitan imaginar y soñar un mundo mejor. Y hagamos que la Inteligencia Artificial se ponga al servicio de esta fantástica misión de crear un mundo mejor.
¡Hagamos que nuestros niños, niñas y jóvenes ganen la partida¡
(Autora: Lucia Gonzalez)